Te mostramos este relato, en donde te contamos la importancia de escuchar al cliente.
Imagina que entras en una tienda de deportes (cuando íbamos a las tiendas )
Se te acerca el vendedor 1 y te pregunta:
v1: “¡Hola! ¿Te puedo ayudar en algo?”
c: “Hola, no, no gracias, solo estoy mirando”
Ahora imagina que se te acerca el vendedor 2 y te pregunta:
v2: “¡Hola! ¿Practicas algún deporte?”
c: “¡Hola! Pues todavía no, pero estoy pensando en empezar a correr…”
v2: ¿Sabes si eres pronador?
c: ¿pronaqué?
v2: Sí, es importante conocer si eres pronador, supinador o neutro, que es la forma de tu pisada al correr para que puedas comprar una zapatilla que te evite lesiones.
c: ¿y eso cómo se sabe?
v2: Tienes que hacerte una prueba de pisada, tenemos aquí mismo la máquina, son 5 minutos, ¿quieres hacerla?
c: Sí claro.
v2: Perfecto, por lo que vemos eres neutro, ¿quieres que te enseñe las mejores zapatillas para tu modelo de pie?
c: Sí claro.
¡BOOM!
Zapatilla VENDIDA.
¿Te has fijado?
No preguntes a tu prospecto que puedes hacer por él. Nadie quiere que “le vendan”.
Ilumínale su problema.
Educa.
Aporta conocimiento como experto.
Genera confianza.
Y la venta se generará sola